«Lujuria»
El primer pecado que llamo es también el último en conseguir su encierro, antes de la lucha entre las virtudes, fuiste tú insatisfecho quien me levanto es por ti que se acuñaron en mí esas palabras.
Siempre quiero más.
Por ti conocí el placer y por ello no me perdí, conocí de ti a la hermana de la necesidad y lo perene que es la sensación, aprendí a vivir en el ahora y a cazar distintas presas, tu precediste la búsqueda de poder, tú la cultivaste en mí. Quien más me hace soñar, quien más me hace buscar, quien más me hizo llegar tan lejos, en este mundo pasivo. Quien me enseño del placer y el dolor y como uno puede guardar al otro. Todas mis pasiones se alinearon contigo. He hiciste de ti el segundo y penúltimo de mis meses. Pereciste ante la humildad de mi egoísmo y es esta quien ahora te llama pues eres genuina pasión y te reconozco en mí. Esta mi alma se torna insaciable quiere joyas y tesoros, este amor que quiere dar a manos llenas se torna de nuevo bandido, un ladrón de todo valor, pero yo llamo sano y sagrado a este egoísmo.
Hermano mío, si eres afortunado tienes una sola virtud y nada más que una.
«Siendo franco»
Nunca sabes los que tienes hasta que lo pierdes, pero siendo franco cuanto puede valer algo que en verdad puedes perder.
«Dispuesto»
Las cosas no valen por lo que nos han costado, valen por lo que estamos dispuestos a pagar. Y yo valgo más que eso.
«Ojo por ojo»
Todo tiene precio, no lo dudes, todo lo tiene, absolutamente todo, si lo ofrecen alto o bajo, no importa, simples pequeñeces y gastas más en ellas pensar, mejor medita y dale valor, porque lo quieres , con qué piensas pagar, pues cada cual usa una moneda y cada vez derrocharas más si con otra la quieres comprar.
Si no me crees, ten ve y compra felicidad.
«Y lo mas importante . . .»
Si puedes estar firme cuando en tu derredor
todo el mundo se ofusca y tacha tu entereza;
si cuando dudan todos, fías en tu valor
y al mismo tiempo sabes excusar su flaqueza;
si puedes esperar y a tu afán poner brida,
o blanco de mentiras esgrimir la verdad,
o siendo odiado al odio no dejarle cabida
y ni ensalzas tu juicio ni ostentas tu bondad;
Si sueñas pero el sueño no se vuelve tu rey:
si piensas y el pensar no mengua tus ardores;
si el triunfo o el desastre no te imponen su ley
y los tratas lo mismo, como a dos impostores:
si puedes soportar que tu frase sincera
sea trampa de necios en boca de malvados,
o mirar hecha trizas tu adorada quimera
y tornar a forjarla con útiles mellados…
…si puedes mantener en la ruda pelea
alerta el pensamiento y el músculo tirante
para emplearlos cuando en ti todo flaquea
menos la voluntad que te dice: «Adelante»;
Si entre la turba das a la virtud abrigo;
si, marchando con reyes del orgullo has triunfado;
si no pueden herirte ni amigo, ni enemigo;
si eres bueno con todos, pero no demasiado,
si puedes llenar los preciosos minutos
con sesenta segundos de combate bravío,
tuya es la Tierra y todos sus codiciados frutos,
y lo que más importa: ¡serás hombre, hijo mío!
«Palabra»
Cuánto vale una palabra… Cuánto vale proviniendo de un hombre que carecía de ella… Vale más que reconozca mi virtud el virtuoso que aquel que solo está de paso. El amor de una persona que no se procura, no es tal, solo aquel que se sabe querer, sabrá querer, lo que siento vale tanto en mí que lo negare con tal de mantenerlo. Palabra.
IA 