«Cautivo»
Al final de la tercera Gran Era, llego aquí, un punto vacío, lo colmo de luz y torno en formas caprichosas la materia que en el abundaba, tomo un descanso y medito un momento, entonces tomo de si la esencia del pensamiento, uniéndola ha los elementos, convino así el primer Ángel. Esa primera raza creció, aprendió, admiro, le colmo de felicidad, más su naturaleza curiosa y ansia pronto les aparto de si y uno a uno le dieron la espalda, en pos de conocer hasta el más remoto de los planos y apartados así del calor del alma se perdieron. Llegado el momento, se alzó alto y soplo de si un fragmento de alma y de nuevo uniéndola a la materia formo así el segundo Ángel. Esa segunda raza, no conoció aflicción pues estando cerca, de si emanaban el calor, entonces les esparció lejos en cada punto tras cada dirección, ellos regresaran, los fragmentos de mi alma miran siempre en mi dirección.
Es así, que en su marcha, se encuentran Ángel y Caído. El mayor curioso observa la cara ahora afligida del segundo que regresa, el segundo al estar cerca de su igual emana de nuevo el calor y el primero será cautivado por la sensación de alma y siempre mirara fascinante ha los ojos en el rostro del segundo y por ello le dará de nuevo la espalda y por ello estará siempre un paso mas cerca del creador, es así como por cada Ángel que regresa, cada Caído se torna de nuevo virtuoso.
Soy un Ángel, porque me cautiva tu mirada.
«Es justo . . .»
Es justo cuando vislumbro un ápice de luz, el momento cuando por fin dudo y siento deseo por comenzar el gran plan, que él voltea fijando su mirada en mí y sonriendo coloca apacible su cálida mano en mi cabeza para con todo su peso someterme hasta hacer mis labios besar su suelo, mi cuerpo aun débil sucumben, mas mis ojos ya no responden, obligados por esta voluntad atraviesan con la mirada para ver más allá, el siguiente paso.
IA 