No hay peor sentencia que la que uno se impone a si mismo!!!

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«Se Diluirá»

Antes de entrar en el mar, el rio tiembla de miedo;

mira para atrás todo el recorrido,

las cumbres y las montañas,

el largo y sinuoso camino que atravesó entre selvas y pueblos,

y ve frente de si un océano tan grande,

que entrar en el solo puede significar desaparecer para siempre.

Pero no existe otra manera.

El rio no puede volver.

Nadie puede volver.

Volver atrás es imposible en la existencia.

No hay otra manera, el rio no puede volver. El rio necesita aceptar su naturaleza y entrar al océano.

Solamente entrando en el océano se diluirá el miedo.

Porque solo entonces sabrá el rio que no se trata de desaparecer en el océano, sino de convertirse en océano.


“Esta Sucediendo”

La muerte ya está sucediendo. No la sitúes en el futuro. Si no la sitúas en el futuro no tiene sentido
defenderte de ella; ya está sucediendo ahora y ha estado sucediendo desde siempre. Por eso es inútil que te protejas de la muerte. La muerte no te ha matado. Ha estado actuando mientras estabas todavía vivo, está actuando justo ahora. . . y la vida no es destruida por ello. De hecho, gracias a ella la vida se renueva a cada momento: caen las hojas muertas y crean espacio para que broten las nuevas; desaparecen las flores viejas y aparecen las nuevas flores. Cuando una puerta se cierra, otra inmediatamente otra se abre. A cada instante mueres y a cada instante resucitas.

Has de comprender que la muerte es la única certeza. Todo lo demás es incierto: puede o no suceder. La muerte es segura porque al nacer una mitad ya a sucedido. Por tanto, el otro extremo ha de estar en algún lugar. El otro polo ha de estar oculto en alguna parte. No te has cruzado con ella porque tienes miedo, no te adentras en la oscuridad. Pero es algo seguro. Al nacer, tu muerte se ha convertido en certeza. Una vez que esta certeza penetra en tu comprensión, te relajas. Siempre que algo es absolutamente seguro, la preocupación desaparece. La preocupación surge de la inseguridad.

Antes de apagarse, la llama se vuelve tremendamente intensa. Solo por un instante resplandece total y absolutamente.


«Lado Obscuro»

El miedo es el camino hacia el lado obscuro. El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento.


«Invierno»

Termina este mi largo otoño

Termina este mi largo otoño, comienza a soplar susurrante el ahora helado viento, es preámbulo de lo que promete ser un frio invierno, he tenido de nuevo esta sensación, mientras la luz comienza a menguar, víctima de gruesas nubes solo preocupadas por el abarcar todo. Siento miedo, tengo miedo, mientras admiro como se va oscureciendo todo cuanto alcanzo a ver, mientras camino por un territorio cada vez más desolado e inclemente. Miedo. Me estás sobrepasando. Admito que hay paz, no reconozco otro peligro salvo mi persona y este clima extremoso, no hay nada más a que temer o de quien cuidarse, así es la extraña paz que ofrece la tierra indómita. Y realmente estoy asustado, lo estoy de algo que no existe, que aún no llega, estoy dejando el presente, presintiendo la gran prueba, estoy entrando en la helada. Mi fe tiembla, ahora es ella quien me rodea, se, no es el tiempo, pero entonces a que espera, no me puedo engañar, siquiera estoy triste, entonces la recuerdo, entonces a que espera. Camino pues, aunque molesto no estoy cansado, de caer lo hare agotado. El sol sigue en su lugar, de él este caos es la prueba y debo seguir pues quiero vivir el verano, conocer la primavera, después de todo, vivir siempre es lo que queda.

La magia volvió al final del otoño y mi fuerza lo hará a medida que encrudezca este invierno, recuerdo cuanto odio el calor algo extraño para quien nace con la promesa del verano, pero admito que me gusta derretir nieve.


«Como puede»

Como puede la indiferencia sentir, como puede la desconfianza creer, como sin miedo comienzas a prever.

Solo si lo sientes podrás entender.


«Intimidar»

El amor nace y crecer del conocer, quien guarda miedo se intimida ante tal cercanía y solo vive con la ilusión de lo que no conoce. Un bandido no intimida, a pesar de que sus intenciones estremecen.