«Oye y los adultos»
Oye y los adultos lloran?
No, no, los adultos no lloran, o al menos no lo suficiente, es curioso la mayor parte pasan directamente al enojo y es aquí que cuando ya no se saben manejar más, brotan sus lágrimas, lágrimas de frustración.
Recuerdas que te enojaste conmigo, me has dicho que enfureciste porque estabas triste, querías cariño, comprensión, dicho esto lloraste, así te pude entender. La mayoría de las personas enojan porque sienten tristeza. La mayoría oculta sus emociones, es un común pensar que ser demasiado emocional denota debilidad o inmadurez, que a su vez será mal visto por todos los que vean incorrecto ese sentir ya sabes siempre hay que estar felices o de lo contrario esta algo mal y siempre tendrá culpa el otro, en una palabra, vergüenza.
Si te digo para de llorar no es por que este mal, no esta prohibido, aunque muchas veces pareciera lo contrario, es para que aprendas a mesurarte debes entender que tu decides lo que sientes una vez que lo aceptas, es para que no te quedes ahí, aceptar algo también es el primer paso del cambio racional, las emociones son uno de los reflejos del cuerpo, a veces más agudos que la mente, porque son primitivos, viscerales. Reflejos, son instrumentos de acción rápida, no de bloqueo. Hay veces que debemos de hacer cosas a pesar de que no queremos y muchas veces llegamos aquí porque ignoramos estas señales.
Así como hay quien ríe de nervios, no todo el llanto denotara tristeza. Las emociones se contagian, las emociones acentúan las acciones y su impacto. Aun eres pequeña para saber que si abrazas a alguien estando enfadada le puedes lastimar. Mesura, las emociones son señales de acción, no el camino.
Abrir la puerta de los sentimientos es algo extraordinariamente difícil, algo que no debería de suceder pues nunca debió de cerrarse en primer lugar.
Abraza la verdad aun rodeado de mentiras no porque ellos la merecen, sino porque tú no mereces otra cosa, no esperes recompensa ajena, la propia ya te da para regalar. Dar no es privarse, dar es parte de tu ser. No, no, los adultos no lloran, quizás no sea la única cosa que estén haciendo mal.
«Rie»
No llores demonio.
-Que miedo tan infantil te atemoriza
No llores demonio.
-No te convertiste en demonio, para así no llorar más?
Cuando las lágrimas de un hombre finalmente se secan, se convierte en un demonio. Y se pierde así mismo consumido con ellas.
-Un demonio reducido a monstruo.
Así que ríe. Rie.
-Déjame escuchar esa familiar, orgullosa y arrogante risa tuya.
Me desvanezco rápido pero tú vivirás por siempre.
IA 